Edfu, Esna y Lúxor
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Templo de Edfu "El Templo de Horus" 300EGP ~ 9,19€
Diseño arquitectónico
El Templo de Edfu, dedicado al dios Horus, es uno de los templos mejor conservados de Egipto. Su diseño sigue el patrón clásico de los templos egipcios, con una serie de secciones ordenadas. Está compuesto por un gran patio, sala hipóstila con columnas, santuario y capillas laterales.
Relieves y decoraciones
El templo está ricamente decorado con relieves y jeroglíficos que narran mitos y escenas de la vida de los dioses egipcios. Estas representaciones ofrecen una visión detallada de la mitología y las creencias religiosas del antiguo Egipto.
Historia y construcción
El Templo de Edfu fue construido durante la época ptolemaica, entre los siglos III a.C. y I a.C., aunque se cree que se construyó sobre un templo anterior del Reino Nuevo. La construcción del templo se llevó a cabo en diferentes fases a lo largo de varios siglos.
Funciones y usos
El Templo de Edfu era un lugar de culto y adoración dedicado al dios Horus, considerado el dios del cielo y la realeza. Se celebraban rituales religiosos en el templo, y era un centro importante de peregrinación en el antiguo Egipto.
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Pilón
El pilón incluye un complejo sistema de escaleras y espacios y tiene cuatro niveles. La luz se recibe de las aberturas en el frente del pilón. Las dos torres del pilón se diseñaron casi como imágenes especulares entre sí, tanto en los elementos arquitectónicos como en las escenas grabadas en el exterior del pilón. A ambos lados de la puerta de entrada hay dos estatuas de Horus en forma de halcón. Las grandes estatuas están hechas de piedra de granito negro, con el sombrero de doble corona que simboliza el Alto y el Bajo Egipto en la cabeza de la estatua de la derecha. En las bases de los pilones a ambos lados de la puerta de entrada hay escenas talladas que representan el "Festival del Hermoso Encuentro" donde el dios Horus de Edfu se une con la diosa Hathor del templo de Dendra. Encima del pilón hay descripciones de escenas de batalla del rey Ptolomeo XII castigando a sus enemigos ante el dios Horus. Frente al pilón, a ambos lados de la puerta, hay enchufes alargados que se usaban como dispositivo para banderas, dos enchufes en cada lado.
- La Gran Puerta. Es la entrada principal del Templo que fue hecha de madera de cedro
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Sala hípetra - Gran patio
Desde el pilón se accede al gran patio. La longitud del patio de sur a norte es de 49 metros y su ancho es de 42,6 metros de este a oeste. El patio estaba abierto al público, y allí se llevaban las ofrendas a Horus. El patio está pavimentado de manera similar al pavimento original, alrededor del patio desde tres direcciones al este, sur y oeste, una fila de columnas forma un pórtico cubierto estrecho y largo entre la pared exterior del patio y las columnas. En total, el patio está rodeado por 32 pilares. Las páginas están decoradas con títulos en forma de loto y goma de papiro. Las paredes interiores del patio dentro del corredor están cubiertas con varias escenas e inscripciones, incluidas inscripciones mitológicas que hablan sobre la fundación del templo. Uno de los textos más importantes es la historia de la lucha entre el dios Horus, que representaba el Alto Egipto, y su enemigo el dios Seth, que representaba el Bajo Egipto. Horus derrotó a su enemigo en la lucha.
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Gran Sala Hipóstila -El Salón de las grandes columnas
- La sala de las columnas pequeñas
- Primera sala de espera
- Segunda sala de espera
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Santuario de Horus y la Barca Ceremonial
Fuentes: es.wikipedia.org -
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Esclusa de Esna
Paso obligado para salvar un desnivel de unos diez metros, siendo parada obligatoria para todos los cruceros que navegan por el Río Nilo.
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Luxor
En la antigua Tebas, cien puertas abiertas daban ingreso a la ciudad y por ellas pasaban cada día decenas de hombres con caballos y carros. Hoy, Luxor las mantiene casi intactas, invitando al egipcio y al turista a visitar cada una de las riquezas de esta encantadora población.
En el siglo VIII a.C. Homero relató en La Ilíada lo maravillosa que era la ciudad de Tebas, la que por aquel entonces se constituía como la capital del Imperio Nuevo del Antiguo Egipto. A su llegada, bautizó a la misma con el nombre de "La ciudad de las cien puertas", por la sorprendente cantidad de entradas a los templos que se erigían a su paso.
Hoy, sobre la ruinosa ciudad de Tebas yace Luxor, una pequeña población edificada que sigue manteniendo las construcciones de una época remota, de una civilización que comenzó a formarse hace miles de años, y de la que poco se sabe por la rapidez de su formación. Esta población, de medio millón de habitantes y situada a 670 kilómetros de El Cairo, está dividida por el Nilo en dos partes: la Orilla Este y la Orilla Oeste. Más allá del río, a unos cientos de metros, toda la vegetación que embellece la ribera desaparece y se convierte en un caluroso desierto.
A lo largo de su historia, la población egipcia ha tenido varios nombres. Los antiguos habitantes de Egipto la llamaban Uaset, "la ciudad del Cetro Uas". Los coptos la nombraron Tapé, origen de su nombre griego Thebai, Tebas (ciudad fértil). Posteriormente los hebreos la conocieron como No-Amón, y los árabes como Al-Uqsur. Es de esta última palabra de la que deriva el nombre de Luxor, que significa fortificación, haciendo referencia a dos campamentos militares que se establecieron aquí en la época romana.
Luxor, un museo al aire libre
De inmenso patrimonio cultural y arquitectónico, Luxor está considerada una de las ciudades más monumentales del mundo. Y no es de extrañar, ya que acoge monumentos como los Templos de Karnak y de Luxor, el Valle de los Reyes y de las Reinas o los Colosos de Memnón, entre muchos otros. Por este motivo se ha convertido en un destino indispensable para todos los amantes de la belleza, la historia y la cultura.
La Orilla Oriental del río Nilo puede presumir de poseer monumentos con los que la historia ha sido compasiva, ya que muchos de ellos han permanecido casi intactos desde su construcción. Los templos más importantes del país, por no decir del mundo, están situados en esta ribera y nos permiten conocer la cultura que la dominaba.
El Templo de Karnak, antiguamente conectado por la Avenida de las Esfinges con el Templo de Luxor, está considerado uno de los santuarios más grandes del mundo (su tamaño es de un kilómetro y medio de largo por ochocientos metros de ancho). Imprescindible es visitar y fotografiar su sala hipóstila, formada por 134 enormes columnas repartidas en 5.000 metros cuadrados. Este templo, de más de 4.000 años de antigüedad, ofrece uno de los mayores espectáculos de Egipto. De lunes a viernes, a las 22:30 horas, todo visitante de Luxor puede acudir a una cita especial para recorrer el complejo monumental acompañado por una narración sonora y efectos luminosos.
Cada una de las construcciones de esta encantadora ciudad egipcia tiene su momento idóneo para ser vista con la luz del sol. El Templo de Luxor, construido en honor a los tres dioses protectores de Tebas (Amón, Chons y Mut), es la mayor atracción luminosa del país. Una sugerencia es visitarlo al atardecer, cuando los rayos solares penetran por cada uno de los recovecos del templo haciéndole arder entre llamas. En él destaca, sobre todo, la reunión en una misma edificación de distintas épocas históricas, donde destacan la faraónica, la grecorromana, la copta y la islámica.
Si seguimos caminando por la Orilla este, daremos con los dos museos más importantes de la ciudad: el Museo de la Momificación y el Museo de Luxor de Arte Antiguo Egipcio. En ambas exposiciones se muestra el arte más antiguo de Egipto: la momificación. Vídeos, descripciones y pinturas explican a los curiosos el proceso y el significado de dicha práctica. Además, se pueden admirar momias milenarias como la de Amun, perteneciente a la Dinastía XXI.
Fuentes: eleconomista.es-
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Templo de Karnak
El templo de Karnak es uno de los lugares arqueológicos más impresionantes y con más visitas de Egipto y del mundo entero. El templo es un complejo enorme con varios edificios y santuarios dedicados a los dioses Amón-Ra, su esposa, la diosa Mut, y su hijo Montu (Jonsu). Está compuesto por varios edificios y patios rodeados por muros altos. Este complejo fue construido a orillas del río Nilo durante el llamado Imperio Nuevo egipcio.
Breve historia del templo de Karnak
La construcción del templo de Karnak comenzó en el siglo XVI a.C. durante el llamado Imperio Nuevo egipcio y continuó durante los siguientes dos milenios. Los faraones que le siguieron añadieron nuevos edificios y ampliaron los existentes, convirtiéndolo en el complejo monumental que es hoy en día.
Durante la época romana, el templo fue abandonado y sufrió daños por terremotos y saqueos. Incluso, algunos de sus edificios fueron utilizados como canteras de piedra para construir otros edificios en la zona. A partir del siglo XIX, se iniciaron trabajos de restauración y excavación para recuperar el templo y su historia.
Cómo está compuesto el templo de Karnak
El complejo de Karnak consta de tres recintos principales:
-El recinto de Amón-Ra: Este es el área más grande y conocida del templo de Karnak, que contiene numerosos templos, capillas, obeliscos y estatuas. La característica más famosa de este recinto es el Gran Templo de Amón-Ra, que incluye la Sala Hipóstila, un enorme espacio con 134 gigantescas columnas.
-El recinto de Mut: Situado al sur del recinto de Amón-Ra, se encuentra el templo de Mut, la esposa de Amón, así como otros templos y estructuras más pequeñas.
-El recinto de Montu (Jonsu): Ubicado al norte del recinto de Amón-Ra, está dedicado al dios de la guerra Montu. Aunque es el más pequeño de los tres recintos principales, contiene varios templos y estructuras.
Los visitantes pueden recorrer el complejo y ver las diferentes salas y patios, así como las estatuas y relieves de dioses y faraones. También hay capillas y santuarios dedicados a diferentes dioses, como el templo de Jonsu, el templo de Opet y el templo de Ptah. Además de un lago sagrado donde se realizaban rituales.
En la actualidad, quienes lo visitan pueden disfrutar de espectáculos nocturnos de luz y sonido que recrean la historia del templo y su importancia en la religión y la política del Antiguo Egipto.
Qué ver en el templo de Karnak
El templo de Karnak es uno de los lugares turísticos más populares de Egipto. Cada año, millones de personas visitan este sitio arqueológico para admirar su belleza y aprender sobre la historia y la cultura egipcia.
Sin duda alguna, todo el complejo es digno de visitar y admirar. Sin embargo, a continuación, te presentamos una relación de las áreas más destacadas que puedes disfrutar en tu visita.
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Gran patio delantero del templo de Karnak
El Gran Patio Delantero del Templo de Karnak es una de las áreas clave dentro del complejo del templo. Se trata de un espacio abierto que se encuentra justo después de la entrada principal del templo. Con 18 columnas, es el patio más grande de todos los templos de Egipto.
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Templo de Amón-Ra
El templo principal del complejo, dedicado al dios Amón-Ra, es uno de los lugares más notables para explorar. Aquí puedes ver el Gran Pilón, que es la entrada monumental al templo.
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Se encuentra dentro del recinto del templo y aquí podrás ver varios objetos y artefactos antiguos restaurados y preservados.
03.1-Capilla blanca de Senusret I
La Capilla Blanca es un edificio de piedra caliza que fue reconstruido y se encuentra en el recinto al aire libre del templo de Karnak. Contiene inscripciones y relieves de Senusret I, así como representaciones de varias deidades.
03.2-Capilla Roja
Fechado al año 17 del reinado de la reina Hatshepsut, ca 1473 A.C. La función de este monumento era albergar la corteza sagrada de Amón. Se llama Capilla Roja debido al hermoso color de sus paredes de cuarcita, aunque los bloques inferiores y los emplazamientos de las puertas eran de granito negro. La capilla estaba compuesta originalmente de 2 partes, aunque su longitud exacta es incierta. Un vestíbulo en el oeste y el depósito de corteza sí mismo al este.Solo aplicación. 2/3 de los bloques de la capilla, 300 en total, se han descubierto. La mayoría de ellos fueron encontrados dentro y alrededor del 3er Pilón, entre el año 1923 y 1947. La decoración de los bloques está incompleta y es posible que la capilla nunca se haya construido. Se cree que la capilla estaba en el santuario del templo. Thusmosis III comenzó a desfigurar las representaciones de Hatshepsut en los bloques y finalmente eliminó la capilla para erigir una de las suyas en granito rojo. Éste fue reemplazado por la capilla de Phillip Arridaeus (323-317 A.C.) que todavía está en su lugar en la parte central del templo. Los bloques de la Capilla Roja son inusuales ya que cada uno lleva una escena completa. Es posible que la decoración fuera cortada antes de que los bloques fueran puestos en su lugar. Desafortunadamente faltan demasiados bloques para permitir una reconstrucción de la capilla.
04.-Sala Hipóstila
Esta sala, de más de 5.000 m², contiene 134 enormes columnas, algunas de las cuales alcanzan los 23 metros de altura. La arquitectura y los relieves de la Sala Hipóstila son impresionantes y es un lugar de visita obligada dentro del templo de Karnak.
05.-Los obeliscos
Hay varios obeliscos en el complejo, siendo el más famoso el Obelisco de Hatshepsut, que se encuentra dentro del templo de Amón-Ra. El obelisco de granito mide aproximadamente 29,5 metros de altura y está inscrito con relieves e inscripciones jeroglíficas.
06.-Templo de Jonsu
Este templo fue dedicado al dios lunar Jonsu y es famoso por sus bellos relieves y su arquitectura bien conservada.
07.-Templo de Ptah
Ubicado al norte del templo de Amón-Ra, el templo de Ptah es otro sitio interesante para explorar. Es mucho más pequeño que el de Amón-Ra, pero contiene algunas esculturas y relieves interesantes.
08.-Templo de Ramsés III
Un templo dedicado a Ramsés III con pilones bien conservados y varias estatuas colosales del faraón.
09.-El lago Sagrado
Este es un gran lago artificial que era utilizado para rituales y ceremonias religiosas. Los sacerdotes realizaban abluciones en el lago antes de entrar en los templos.
10.-Avenida de las esfinges
Se trata de una avenida de casi tres kilómetros, bordeada por ambos lados, originalmente por 1.350 esfinges con cabeza de carnero, que simbolizan al dios Amón-Ra. Esta avenida conecta el templo de Karnak con el templo de Luxor. En la antigüedad, era utilizada principalmente para ceremonias y procesiones religiosas.
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Templo de Lúxor (260EGP ~ 7,97€)
El Templo de Luxor, Ipet-resyt “Santuario del Sur” para los antiguos egipcios, fue llamado así debido a su ubicación dentro de la antigua Tebas (la actual Luxor). Se encuentra a unos tres kilómetros al sur del templo de Karnak, al que antiguamente estaba unido por un camino procesional bordeado de esfinges. La evidencia más antigua de este templo data de la XVIII Dinastía (c.1550-1295 a. C.).
Ipet-resyt, a diferencia de la mayoría de los otros templos del antiguo Egipto, no está dispuesto en un eje este-oeste, sino que está orientado hacia Karnak. Esto se debe a que el Templo de Luxor fue el lugar principal de una de las celebraciones religiosas más importantes del antiguo Egipto, cuando las imágenes de culto de Amón, su esposa Mut y su hijo, el dios lunar Khonsu, fueron sacadas de sus templos en Karnak y transportadas. en una gran procesión hasta el Templo de Luxor para poder visitar al dios que allí reside, Amenemopet. Este fue el Festival Opet.
El templo de Luxor no fue construido por un solo gobernante. La estructura más antigua existente, un santuario, data del reinado de Hatshepsut (c.1473-1458 a. C.). El núcleo del templo fue construido por Amenhotep III (c.1390-1352 a. C.). Una de las salas interiores contiene una serie de escenas que se conocen como el Nacimiento Divino. Cuentan la sorprendente historia de cómo el verdadero padre del rey no era otro que el propio dios Amón-Ra, disfrazado de Tutmosis IV (c.1400-1390 a.C.). El núcleo del templo está precedido por una sala con columnas frente a un patio con columnas alrededor de su perímetro. Amenhotep III también construyó la Gran Columnata, que consta de dos filas de siete columnas colosales. Su decoración, en particular las escenas que representan el Festival de Opet, fueron completadas por Tutankamón (c.1336-1327 a. C.) y Horemheb (c. 1323-1295 a. C.).
Ramsés II (c.1279-1213 a. C.) hizo muchas adiciones al templo de Luxor. Frente a la Gran Columnata, construyó un patio peristilo y un enorme pilón, una puerta con dos torres que formaban la entrada a los templos. Además de muchas estatuas colosales, el pilón también estaba frente a un par de obeliscos de 25 metros de altura realizados por este gran rey, pero sólo uno permanece en su lugar; el otro se encuentra en la Plaza de la Concordia de París desde 1836.
A finales del siglo III d.C., los romanos construyeron un fuerte alrededor del templo, y la primera sala más allá de la sala hipóstila de Amenhotep III se convirtió en su santuario. Los relieves originales de las paredes estaban cubiertos con yeso y pintados en estilo artístico grecorromano, representando al emperador Diocleciano (284-305 d. C.) y sus tres corregentes. Aunque en gran parte han desaparecido, se están realizando esfuerzos para restaurarlos a su antiguo esplendor.
UNA PUERTA DE ACCESO AL MUNDO DE LOS DIOSES
A punto de entrar en el recinto, un enorme obelisco, que simboliza un rayo de sol petrificado, sorprende al visitante. Su altura de 25 m casi obliga a mirar hacia arriba y se pierde el detalle de los cuatro babuinos que decoran su base. En su origen, iba acompañado de otro obelisco que fue donado a Francia en 1831 y que ahora puede verse en la plaza de la Concordia de París. No menos impresionantes son los dos colosos sedentes que flanquean la entrada y al que representan al faraón Ramsés II. Este soberano, que reinó más de 60 años y fue un gran constructor, se hizo representar en estatuas colosales en diversos templos donde se le rindió culto como a un dios. No es de extrañar que en la fachada de este pilono, Ramsés II ordenase grabar escenas de la legendaria batalla de Qadesh en las que se muestra victorioso e invencible contra los hititas. Más allá de este valor propagandístico que agrandaba la figura del rey, los pilonos eran como una puerta de acceso al mundo de los dioses y también un “cierre de seguridad” que impedía que el caos llegara a penetrar en el mundo divino. Es por ello que sus fachadas estaban decoradas con escenas del faraón luchando contra los enemigos de Egipto (el caos), ayudando así a mantener el maat (el orden). Al fin y al cabo, el faraón era el único ser humano capacitado para servir de intermediario entre el mundo terrenal y el divino.
LA EXTRAÑA MEZQUITA
Tras cruzar el primer pilono, llegamos al patio de Ramsés II. En el lado noroeste encontramos un santuario para las tres barcas de Amón, Mut y Jonsu, construido en piedra arenisca, con características pertenecientes a la estructura original de Hatshepsut, conservadas en la reconstrucción. El patio presenta una columnata que lo rodea por cada uno de sus lados, intercalada con estatuas de gran tamaño del propio Ramsés, muchas de las cuales eran originalmente de Amenofis III.
Sobre las columnas del lado noreste podemos ver la mezquita de Abu el Haggag, construida en el siglo XIII sobre las ruinas del templo de Luxor. Aunque nada tiene que ver con el antiguo Egipto, su altura respecto al suelo revela, de forma muy gráfica, hasta qué punto el templo estuvo enterrado. De hecho, su presencia ha impedido excavar el templo de Luxor completamente.
Frente a la que fuera la fachada original del templo en tiempos de Amenofis III, destacan otras dos estatuas colosales de Ramsés II sentado en su trono, con representaciones dobles de Hapi, el dios de la crecida, en sus laterales, celebrando la ceremonia del sema-tawy, la unificación de las Dos Tierras. Junto al coloso de la derecha, sobre el muro oeste, hay un relieve que muestra el exterior del templo cuando se construyó, con representaciones de las estatuas que decoraban su fachada y banderas ondeando en los mástiles. Junto a él, una larga fila de animales que son conducidos al templo para ser ofrendados en sacrificio.
UNA COLUMNATA PARA EL FARAÓN
Enfrente de la mezquita, a la derecha, se alza una columnata que forma parte del patio de Ramsés II, compuesta por 74 columnas papiriformes distribuidas en dos hileras. Entre las columnas se intercalan estatuas colosales (muchas sin cabeza) que representan a Ramsés II. Este era el único lugar al que el pueblo tenía acceso durante las procesiones religiosas. Lo más llamativo de este patio son dos colosos de Ramsés II entronizados que recuerdan a los de la entrada del pilono, aunque estos son de menor tamaño y de un color más oscuro ya que fueron esculpidos en granito negro. Su esposa preferida, la bellísima Nefertari, está junto a su pierna. Su reducido tamaño hace que este detalle pase desapercibido.
El tramo entre el pilono de la entrada y este punto es una ampliación del templo llevada a cabo por Ramsés II. Los faraones posteriores poco más hicieron que grabar sus cartuchos (sus nombres rodeados de un círculo) o tallar algunos relieves en los huecos que quedaban libres.
CAPITELES QUE FLORECEN
Los dos colosos sedentes de Ramsés II marcan el inicio de la columnata de Amenothep III: dos filas de siete columnas de 16 metros. Estas estaban decoradas con vistosas escenas del Festival de Opet. A diferencia de las columnas del patio de Ramsés II, que hemos dejado atrás, estas tienen el capitel papiriforme abierto. El papiro, además de ser un soporte de escritura, era una planta que crecía en las marismas del delta del Nilo. No solo proporcionaba el material para la escritura, sino que también servía de alimento y con su tallo se elaboraban cuerdas, cestos, muebles, calzado e incluso barcos. Dada la abundancia de esta planta en el paisaje fluvial a orillas del Nilo, fue uno de los motivos preferidos por los artistas egipcios. Se encuentra en las columnas y relieves de los templos, así como en los amuletos funerarios y en multitud de objetos cotidianos. Por desgracia, esta planta fue víctima de la sobreexplotación y desapareció de las riberas del Nilo a finales del siglo XVIII. Actualmente, el papiro silvestre se encuentra en el valle del Jordán, en Israel, y también en Sicilia, posiblemente introducido en época grecorromana, y en ciertas regiones del África tropical.
UNA BELLEZA COLUMNADA
La columnata conecta los dos patios del templo: el de Ramsés II y el de Amenhotep III. Ambos están rodeados por dos hileras de columnas papiriformes cerradas pero al menos en este no hay una mezquita en medio y uno se puede hacer una idea de lo que fue el patio en su día. Los patios estaban al aire libre, como ahora, y el resto del templo se encontraba techado, incluida la columnata de Amenthotep III.
En 1989, en este patio se halló un verdadero tesoro arqueológico: un escondite que contenía 26 estatuas faraónicas, hoy expuestas en el museo de Luxor, que merece la pena visitar. Estas esculturas, muy bien conservadas y de gran belleza, fueron enterradas por los sacerdotes del templo en época romana para dejar sitio a otras destinadas al culto imperial, al que estaba dedicado Luxor entonces. Cabe recordar que tras la victoria en la batalla de Actium (31 a.C), contra Marco Antonio y Cleopatra, el emperador Augusto convirtió Egipto en una provincia romana.
EN LA INTIMIDAD DEL TEMPLO
Si en los patios las columnas toman la forma de un atrio, en la sala hipóstila aparecen como un disciplinado ejército pétreo en orden de marcha. Esta estancia, compuesta por 32 columnas papiriformes y distribuidas en cuatro hileras, era el vestíbulo a través del cual se accedía a la Sala de las Ofrendas, el Santuario de la Barca y la Sala del Nacimiento. Estas estancias rodeaban la parte más íntima del templo, la que acogía la estatua del dios Amón: el sanctansanctórum.
La función de los templos egipcios era proporcionar una morada terrenal a los dioses, es decir, una construcción en piedra que albergara su estatua. A partir del Reino Nuevo, la época de mayor esplendor, estas construcciones sagradas pasaron a tener unos elementos fijos: un pilono de entrada, un patio columnado, una sala hipóstila y un sanctansactórum. El tamaño asequible del templo de Luxor permite al viajero familiarizarse con estos elementos, pero sin llegar a saturarse.
UNA CAPILLA PARA LOS EMPERADORES... ¡ROMANOS!
No obstante, en esta parte final del recorrido, quizá la menos llamativa, se encuentra un elemento atípico, que no se repite en ningún otro templo: un santuario romano dedicado al culto imperial, con pinturas de emperadores romanos que se superponen a las figuras de los faraones. En el siglo III d.C., el recinto del templo fue fortificado y convertido en un fuerte romano, hasta que cayó en el olvido.
Fuentes: nationalgeographic;
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